
Hoy es el aniversario del nacimiento de uno de los grandes narradores de la literatura española, un hombre cuyas letras me han acompañado desde la adolescencia y que, poco a poco, se han convertido en parte de mi trabajo y afición. Como suelo decir en una de mis secciones de Instagram «Tal día como hoy…», en 1836, nacía en Sevilla D. Gustavo Adolfo Bécquer. En su honor, he querido crear una serie de tres artículos que se publicarán entre hoy y el viernes de esta misma semana, sobre todo, para no hacer de este escrito un artículo demasiado extenso. Así, hoy hablarémos de la leyenda como subgénero de la Novela Histórica.
LA LEYENDA COMO SUBGÉNERO DE LA NOVELA HISTÓRICA
Según se ha establecido, la novela histórica nace como tal en la época del romanticismo del siglo XIX. Siendo la primera obra reconocida como novela histórica la escrita por el autor Wálter Scott de origen escocés (1771-1832) que narra sobre la Edad Media Inglesa y de la que hablaré en el futuro.
Según el filósofo marxista y crítico literario húngaro de origen judío, G. Lukàcs, el género histórico toma por propósito principal ofrecer una visión verosímil de una época histórica preferiblemente lejana, de forma que aparezca una cosmovisión realista e incluso costumbrista de su sistema de valores y creencias. En este tipo de novelas han de utilizarse hechos verídicos aunque los personajes principales sean inventados. Sus rasgos serían siete:
- Sentido histórico de su nivel
- Revitalización del pasado con una proyección pretendidamente realista
- Carácter popular, entendido como el reflejo de la realidad social y popular
- Preferencia por personajes cuya individualidad refleja un carácter medio o típico
- Aplicación al presente día de hoy
- Incidencia del anacronismo que sea preciso
- Condición crítica constitutiva del género, toda vez que encierra un conflicto entre historia y ficción, que conduce a una nueva forma de novela, la novela realista, encarnada según Lukács en Honoré Balzac.

Así, Spang, en su obra «Apuntes para una definición de la novela histórica», abre el campo y propone como subgéneros del que nos ocupa: las memorias, las biografías, el diario, la crónica, la epopeya, los cantares de gesta, la novela de sociedad y otros tantos hasta llegar a las leyendas.
Aquí define, este profesor de Literatura y Crítica literaria de la Universidad de Navarra, que la leyenda es quizás el subgénero que más se aleja de la histórica pero que guarda en su narración tres de los siete rasgos predominantes en la novela histórica.
En conclusión, y en mi humilde opinión, en las narraciones y escritos de leyendas el autor no sigue de manera exhaustiva las directrices que marcan una novela histórica donde el rigor de la época pasada es principal objetivo así como la realidad de sus personajes sean ficticios o no. Las leyendas guardan tras su peculiar historia un trabajo también de investigación y documentación de menor calibre que la histórica, pero que en ningún modo puede escribirse o narrarse por completa inventiva del autor. Así, todas aquellas historias que narran leyendas del pasado, ya fueran escritas ayer u hoy, encierran entre sus letras una realidad oculta que hacen de este subgénero literario un reclamo para amantes de la historia, la geografía y el romanticismo.
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