Casi como si la entrada de un diario personal fuera, hoy me encuentro escribiendo aquí, en este blog, cuanto aconteció ayer en la primera presentación de Toletum. Fueron tantas las sorpresas que recibí ayer que no puedo más que rememorar el evento una y otra vez en mi memoria. Y, es tal la dicha, que no puedo más que compartirla con cuantos me queráis acompañar.
Debo reconocer que no me encontraba especialmente nerviosa hasta que llegué al FNAC y vi a alguien que no esperaba… Pero comencemos por el principio.
Llegué a la zona de librería donde se encontraba mi editora, Eva Aguilar, quien también estaba firmando ejemplares de su última novela juvenil: Guardianes youtubers. De pronto escuché que por megafonía anunciaban que a las siete comenzaría la presentación de la novela Toletum de Mireia Giménez Higón y yo, como no puedo estarme quieta, alcé los brazos y saludé a media tienda diciendo que era yo. Todo hay que decir que los presentes pasaron de mí, o no, quién sabe. El caso es que vi acercarse a una pareja y creí reconocer al señor de la misma, pero deseché la idea porque creí que era imposible. ¿Quién viajaría desde Madrid hasta Valencia para asistir a una presentación de alguien como yo?
Cuál no fue mi sorpresa al descubrir que, efectivamente, conocía a aquel «señor» y que era quien yo creía que era. Ramón Villa, amigo y compañero de fatigas en el grupo Novela Histórica que administramos en facebook, había cogido un tren el día anterior y se había plantado en Valencia para asistir a la presentación de Toletum. No os podéis imaginar la ilusión que me hizo y lo perpleja que estaba. Por supuesto, no solo vino a la presentación, pero esto lo contaré después. Lo «gracioso» de esto es, que pensaba que lo había reconocido cuando me dio por hacer el tonto saludando al mundo unos minutos antes y por eso se había acercado, pues la idea era presentarse directamente en el salón del evento sin decirme ni mu.
Llegado el momento, nos fuimos juntos hasta la sala de la presentación y llegaron más y más sorpresas. Amigos y familiares me esperaban allí o iban llegando. Amigos a quienes jamás había visto, pero con quienes las redes sociales habían actuado como creando un vínculo maravilloso.
Cuando se inició la presentación y mi querida amiga, Begoña Valero, se sentaba a mi lado para acompañarme en aquella aventura, alcé por primera vez la mirada para comprobar que la sala se había llenado con gente que esperaba atenta a cuanto pudiéramos contar. Para mí fue un día realmente inolvidable y me siento tan agradecida por las muestras de apoyo y cariño que, sinceramente, no tengo palabras para expresar lo que siento. Quizás por ello sea mejor que lo muestre pues, como ya dicen: Una imagen vale más que mil palabras.
Tras acabar la presentación, algunos aventureros nos fuimos a cenar y disfrutamos, nuevamente, de una agradable velada. Cenamos y charlamos de lo que más nos gusta: la novela y la historia; pero también hubieron risas, chascarrillos e historias de bar que guardaré siempre entre mis más preciados recuerdos.
Millones de gracias a todos los que me acompañásteis ayer de un modo u otro.

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