Si hay un pueblo que ha clamado la atención de aficionados y no aficionados a la novela histórica es, sin duda, la historia de Esparta. Un pueblo de fundamento militar, nacidos para la guerra y que ha sido glorificado no solo por sus contemporáneos como se muestra en la obra de Jenofonte, sino por nosotros mismos que hemos mitificado su vida y obra.
Esparta, estaba situada en el alto valle del río Eurotas, en la región de Laconia, al sur de la península del Peloponeso. Esta ciudad se caracterizaba por su suelo montañoso, con valles sinuosos, separados por los contrafuertes, que llegan hasta las orillas del mar. Y, de acuerdo a la legislación espartana, el gobierno estaba conformado por los siguientes organismos: los reyes, el senado o Gerusía, la asamblea y el eforos.
Los reyes eran dos y pertencían a familias diferentes. Uno de ellos era el jefe…
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