Podría hacer una serie de artículos relacionados con este cuento porque me atrae desde que era una niña pequeña, desde que mi madre me leía su historia cada noche antes de dormir, desde que descubrí que era mucho más que un cuento. Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll, bien podría ser el cuento decimonónico más leído en la actualidad, siendo una historia que ha marcado a más de una generación. Si bien es cierto que el cuento de Caperucita Roja es el más leído de todos los tiempos, éste es sin duda el rival más cercano.
Para no hacer este artículo muy extenso, voy a partirlo en dos partes:
- Alicia en el país de las maravillas a juicio (éste)
- Las mejores ediciones de Alicia en el país de las maravillas en castellano (enlace)
Como siempre, la razón que me lleva a escribir estos artículos y a recordar el maravilloso cuento escrito por el británico Lewis Carroll, no es otra que celebrar el aniversario de su nacimiento. Soy de las personas que considera que se le rinde un mayor tributo a las personas recordando su obra y no su vida.
Introducción:
La obra literaria Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas, escrita por el inglés Lewis Carroll, es un cuento infantil de 12 capítulos que relata la historia de una niña llamada Alicia y su viaje en un mundo imaginario y fantástico con animales y objetos antropomórficos. Su primera publicación con el título original Alice’s Adventures in Wonderland fue en 1865, Inglaterra. Incluía 34 ilustraciones del dibujante británico John Tenniel.

Historia:
Dicen, que la historia que se narra en Alicia en el país de las maravillas surge de una excursión por el Támesis. Es quizás, ésta, una historia dentro de otra historia. El cuento de un hombre que tomó por apodo el de Lewis Carroll, pero que su verdadera identidad se escondía entre libros de matemáticas, revistas y ensayos.
Había una vez, un hombre solitario al que le encantaban las ciencias y las letras, la filosofía y la educación; que deseaba haber tenido hijos con los que jugar a diversas aventuras. Un día, observaba desde su la ventana de su despacho, a las hijas de su colega y amigo el decano Henry Liddell, que jugaban y reían. El tiempo hizo que aquellas niñas buscaran al profesor para que les contara historias de absurdas aventuras y divertidas fábulas; pero la que más disfrutaba de aquellas historias era la más pequeña de las hermanas: Alicia.
Un día de verano, el profesor y un reverendo amigo suyo, invitaron a las niñas a disfrutar de una excursión por el Támesis a bordo de un pequeño bote de remos. Mientas surcaban las aguas las niñas pidieron al profesor que les contara una nueva historia y tanto les gustó, que le pidieron que la escribiera para ellas.
Transcurridos dos años, en la Navidad de 1864 el profesor le entregó una libreta de piel verde oscuro con el cuento escrito e ilustrado a mano, titulado “Las aventuras subterráneas de Alicia”. No solo la niña leyó aquel cuento, sino que también lo haría su colega el decano Liddell quien le instó para que ampliara aquella magnífica historia y la publicara con una buena editorial.
A instancias de sus amigos, el catedrático decidió ampliar la narración y en 1865, cambió el título por “Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas”, publicándolo con la editorial Macmillan e ilustraciones de sir John Tenniel. Se vendieron 160,000 ejemplares y el ingreso le brindó una vida tan cómoda que pidió a Christ Church que redujeran su salario.

Lewis Carroll:
(Charles Lutwidge Dogson; Daresbury, Reino Unido, 1832 – Guildford, id., 1898) Lógico, matemático, fotógrafo y novelista británico. Tras licenciarse en el Christ Church (1854), empezó a trabajar como docente y a colaborar en revistas cómicas y literarias, adoptando el seudónimo por el que sería universalmente conocido. En 1857 obtuvo una plaza como profesor de matemáticas, y cuatro años después fue ordenado diácono.
La peculiar combinación de fantasía, disparate y absurdo, junto a incisivas paradojas lógicas y matemáticas, permitieron que sus obras se convirtieran a la vez en clásicos de la literatura infantil y en inteligentes sátiras morales, llenas de apuntes filosóficos y lógicos, aunque naturalmente para un público adulto y atento.
Por otra parte, han sido objeto de diversas especulaciones las tendencias sexuales de Carroll, sobre todo en lo referente a sus numerosas amistades con niñas, a las que gustaba de fotografiar en las poses más variadas, ataviadas con multitud de vestimentas, e incluso desnudas. Por las críticas que había recibido abandonó en 1880 su afición a la fotografía, aunque también había retratado a personalidades como el pintor Dante Gabriel Rossetti, el poeta Alfred Tennyson, la actriz Ellen Terry y la fotógrafa Julia Margaret Cameron.
Lewis Carroll escribió también poesía, campo en el que destaca en su producción el poema narrativo La caza del snark, plagado también de elementos fantásticos. Además de diversos textos matemáticos, fue autor de trabajos dedicados a la lógica simbólica, con el propósito explícito de popularizarla, en los cuales apunta su inclinación por explorar los límites y las contradicciones de los principios aceptados.
John Tenniel:

Tenniel fue un dibujante capaz de llevar a la realidad las lisérgicas historias de Alicia y el resto de personajes que poblaron la imaginación de Carroll. Hizo más de 2000 dibujos para todo tipo de publicaciones, desde ilustraciones para libros y periódicos a caricaturas en las que queda más que demostrado su talento, pericia técnica y fértil imaginación.
Autodidacta, Tenniel llegó a ser brevemente estudiante de la Royal Academy, aunque lo dejó a causa de la rigidez y el agobiante número de horas que le exigían. Con 16 años empezó a exponer por su cuenta obteniendo un mejor resultado del esperado.
Pronto encontró trabajo para crear viñetas y caricaturas en los numerosos periódicos que existían en Londres. Al principio no se veía capaz de crear humor gráfico pero como era muy activo políticamente (era conservador, por cierto) pronto vio un «filón» en los esperpentos que se vivían en la política británica del momento.
Opinión:
Una de las peculiaridades que diferencia el libro de Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas de otros cuentos es que, a pesar de que está destinado a un público infantil, tiene una doble lectura en el público adulto.
Durante la época victoriana las historias dirigidas al público infantil, solían instruir a los niños en la obediencia mediante moralejas. A diferencia de estos, esta historia de Carroll contiene un trasfondo perverso. Si para el público infantil, el mundo que se presenta en el cuento es un lugar donde todo es posible y no existen fronteras. Probablemente, desde el punto de vista adulto, sea un mundo donde el caos y el sinsentido imperan frente a la razón.

Algunas «moralejas» que quizás se puedan extraer de este cuento:
- Viaje a la madurez: En el momento en el que la joven cae por la madriguera se enfrenta a diferentes obstáculos dentro de ese nuevo mundo. En algunas ocasiones, su opinión tampoco es tomada en serio por parte de otros personajes “adultos”. Esto podría mostrar la incomprensión por parte de los adultos durante el complejo proceso de madurez.
- Búsqueda de la identidad: Alicia se pregunta si sigue siendo la misma y, diferentes hechos, la conducen a replantearse quién es.
- Caricatura de la sociedad victoriana en la que vivió el autor: las costumbres de tomar el té, la reina Victoria caricaturizada como la reina de corazones (la cual manda más que el rey), la jerarquía de las diferentes clases sociales…
En definitiva, y tal y como he comentado al principio, Alicia en el país de las maravillas es, posiblemente, uno de los libros más leídos. Más de un siglo después de su publicación, puede presumir de ser una obra imperecedera. A lo largo de la historia ha servido como base o inspiración en diferentes ámbitos. El arte, el cine, o la literatura han visto en esta novela de Carroll un motivo para crear otras obras.

Fuentes:
- historia-arte.com
- ngenespanol.com
- biografiasyvidas.es
- Alicia en el país de las maravillas, Lewis Carroll (1865) Varias ediciones.
- La novela en el siglo XIX. Ferreras, Juan Ignacio. Ed. Estudios Históricos (2014)
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